Tuesday, January 17, 2006

Hay un lugar...


Hay un lugar donde los almendros florecen y llenan de kolor los kampos, donde las flores desprenden un agradable olor en el ambiente, donde los grillos tokan su serenata nocturna en el verano, donde los castaños se tiñen de okre y las setas brotan de la tierra, donde el frío hace encender chimeneas y donde, a veces, los montes se visten de blanco.

Fuera de lugar


A veces, me siento muy fuera del lugar donde vivo. Mis ideas no konkuerdan kon lo ke veo, siento y padezko en este lugar. Aki solo puedo ver la prepotencia, la saturación, la envidia, la mafia, la corrupción, la destrucción, la frialdad y un largo etcetera ke no me gusta y ke kada vez es mas evidente. No se si algún dia los lugareños echaran de menos lo ke yo ya echo... la sencillez de la vida. Si, echo de menos los campos llenos de flores y arboles donde pase mi infancia, echo de menos el silencio ke antes reinaba en el pueblo y ke ahora es un monton de ruidos de tubos de eskapes y chillidos, echo de menos las bicikletas y andar...pasear, echo de menos, las karas de trankilidad de las gentes y no las karas de angustia y extres ke tienen ahora, echo de menos a los niños jugar en la kalle y ahora no los veo porke estan en sus kasas "empantallados" jugando o viendo la tv (esa ke es tan kultural ultimamente), echo de menos el aire fresko, la brisa del mar ke se respiraba en el pueblo y ke ahora es pesado y axfisiante, echo de menos muchas kosas...

Los Amantes


Sus besos eran perfectos, el sincronismo del movimiento de sus cuerpos delataba la pasión entre ambos. La exaltación de los sentidos llevados al clímax del orgasmo. Un estallido de risas rompe los jadeos y, finalmente, el abrazo, tan intenso y verdadero que roza la eternidad.